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¿Seguimos midiendo el valor de las mujeres en función de la maternidad?

¿Seguimos midiendo el valor de las mujeres en función de la maternidad?
Identidad y sesgos inconscientes Equidad de género

Aprovechando que en mi querida Argentina estamos en el mes de las madres, me tomo el “atrevimiento” de exponer algunos comentarios (escuchados recientemente) que demuestran que aún se sigue reduciendo el valor de las mujeres en general a nuestra capacidad reproductiva y al rol de “madres” en la sociedad. Aún se cuestiona nuestro deseo. Aún se cuestiona nuestra autonomía y libertad para decidir sobre nuestros cuerpos y sobre el tipo de vida que queremos tener, con o sin descendencia.

Digo “atrevimiento”, por ser el mes de las madres y no de las “no madres”, sin que en realidad considere que lo sea, ya que resulta difícil hablar del deseo de no ser madres fuera del marco de las expectativas sociales de que lo seamos. Los comentarios que expongo a continuación, al ser recibidos por quienes deseamos no ser madres, justamente ponen en evidencia la vigencia de los estereotipos que nos afectan a todas las mujeres, queramos o no ser madres (incluso a las que lo desean y que, por diferentes motivos, no pueden serlo).

 "¿No quieres tener hijos? ¡Qué desperdicio de mujer! " Esta expresión desvaloriza a las mujeres que desean no ser madres. Al utilizar el calificativo de “desperdicio”, se transmite que una mujer que desea no ser madre pierde el valor que puede generar en la sociedad. No es aprovechable.

"Pobre, no se le despertó nunca el instinto maternal." Esta expresión sugiere que hay una “falta de”, una carencia, un defecto, una falla. Cuando en realidad sí existe un deseo, el deseo de no ser madre, el deseo de una vida sin hijos.

Vale la pena recordar que instinto maternal como un impulso biológico innato y automático no existe de forma universal; más bien, es un concepto que ha sido construido culturalmente y que puede ser un mito, ya que los sentimientos de conexión y protección son el resultado de una compleja combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales que varían en cada mujer y dependen de sus experiencias personales y del contexto.

"Seguro que no quieres tener hijos por causa de algún trauma de infancia." Esta expresión, que, por cierto, es muy común, patologiza a las mujeres y su libre decisión vinculándola a una supuesta causa o problema psicológico. Esto invalida su autonomía, cuestiona su juicio y perpetúa juicios moralistas y diagnósticos sin fundamento. Todas y todos conocemos cientos de mujeres con historias de vida y traumas muy complejos, que han deseado fuertemente ser madres, lo son y son felices.

"¡Te vas a arrepentir!" Es la imposición de una supuesta "verdad" universal, sin respetar los derechos y las decisiones de cada mujer. Es un comentario que, aunque sea de manera inconsciente, trae la intención aparejada de generar duda sobre nuestra autonomía para decidir. La realidad es que el arrepentimiento está de ambos lados, tanto de las que deseamos no ser madres como de las que sí lo desean (incluso en mayor medida en este último caso). Según una encuesta de MQNFT, 74,4 % de las madres se arrepienten en algún grado de serlo, aunque todas aseguran amar a sus hijos, mientras que solo el 4,2 % de las mujeres que decidieron no tener hijos se arrepienten de esa decisión.

"¿No te da un poco de culpa tener una vida sexual únicamente por placer?" Esta pregunta estigmatiza y penaliza el placer femenino, cuestionando la autonomía que tenemos sobre nuestra vida sexual y asumiendo que toda mujer debe justificar su deseo sexual en función de la maternidad o de un propósito de procreación.

"Tú, que no tienes hijos, quédate a terminar el trabajo." Esta expresión sugiere que el tiempo de las mujeres no madres tiene un menor valor que el tiempo de las mujeres madres. Se empieza a establecer una jerarquización. En algunos casos, también aparece la culpa con la expectativa de que seamos sororas con aquellas mujeres que sí han decidido ser madres, como si por elegir una vida sin hijos, tuviéramos algo que compensar. Para la realidad es que las mujeres sin hijos tienen derecho a disponer de su tiempo en las actividades que quieran sin culpa, y sin sentir que deben compensar el hecho de no ser madres con más trabajo.

 "Te vas a quedar sola." La amenaza o afirmación que busca reforzar que la mujer necesita ser madre para no estar sola en la vida, promueve el estereotipo de que una mujer sin maternidad está condenada a la soledad, una visión discriminatoria y limitante. La compañía, no es necesariamente un hombre como pareja e hijos. Y lo importante es que las mujeres que desean ser madres, no lo hagan desde el miedo a “quedarse solas”. También vale la pena resaltar que la soledad es algo que experimentan las mujeres incluso cuando están en pareja y tienen hijos, como bien lo desarrolla María Florencia Freijo en su libro SOLAS (Aún acompañadas). 

“Por mujeres como tú, la preservación de la humanidad está en riesgo." Esta sentencia culpabiliza a las mujeres que deciden no tener hijos, implicando que su decisión afecta negativamente a toda la sociedad y a la supervivencia de la especie. Refuerza la idea de que su autonomía y derechos a decidir sobre su vida y cuerpo son un acto egoísta o destructivo, en lugar de ejercer su libertad individual. Casualmente hace algunos meses estuvo en agenda la discusión sobre la reducción de las tasas de natalidad a nivel global. En algunos casos de manera muy reduccionista se culpaba a las mujeres que desean no ser madres, cuando en realidad hay un montón de factores que contribuyen a que dichas tasas se registren hoy en día, como la reducción del embarazo adolescente gracias a políticas que apuntaban a esto, la falta de corresponsabilidad e involucramiento de los varones, y la falta de políticas de estado que valoricen las tareas de cuidado y brinden sistemas de apoyo, sin mencionar el contexto global de inestabilidad laboral, crisis económicas, guerras y calentamiento global, que desincentiva a muchas.

Estos comentarios constituyen microagresiones y violencia simbólica. Vulneran los derechos de las mujeres, perpetúan roles y expectativas de género tradicionales, patologizan a las mujeres, y utilizan el juicio moral y la culpa como herramientas para controlar o invalidar sus elecciones.

La invitación como siempre es a repensarnos, a ser más conscientes de nuestro lenguaje y de los sesgos, a reconocer el impacto de estos comentarios aparentemente inofensivos, a respetarnos. 

En este día de las madres, deseo maternidades más libres, deseadas. Deseo crianzas en igualdad de condiciones, corresponsabilidad y políticas que acompañen tanto el deseo de tener hijos como de no tenerlos.

Shirley Saenz (ella/she)
Shirley Saenz (ella/she)

CEO - Cross-Cultural, Diversity, Equity and Inclusion Expert
Shirley es la Directora de Iceberg y Expert Panelist de los Global, Diversity, Equity & Inclusion Benchmarks (GDEIB). Cuenta con más de 12 años de experiencia en el mundo corporativo y en 10 países de América Latina. Certificada en liderazgo inclusivo, inteligencia cultural, y benchmarks globales de DEI. Shirley tiene un profundo conocimiento de la diversidad cultural de América Latina y experiencia suficiente facilitando conversaciones estratégicas en DEI con niveles directivos y de liderazgo.

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