5 cambios inevitables en la vida de un expatriado
¿Eres la misma persona luego de una experiencia internacional? ¿Mantienes las mismas relaciones con tus amigos y familia a pesar de la distancia? ¿Cómo cambia tu vida cuando estás en otro país?
Cuando nos mudamos a una nueva cultura son muchos los cambios que enfrentamos. Dichos cambios generan sensaciones, reacciones y situaciones, muchas veces difíciles de comprender. Kate Berardo co-autora del libro Building Intercultural Competence, ha desarrollado un modelo llamado “Las 5R’s del cambio cultural”, para ayudarnos a comprender mejor cada uno de estos cambios y sus efectos, así como las estrategias que podemos poner en práctica para gestionar las altas y bajas en nuestro proceso de adaptación.
R#1: Rutinas
En un nuevo contexto cultural, nuestras rutinas se ven perturbadas: las comidas y los horarios son diferentes, tenemos que desenvolvernos en un nuevo entorno, y por un tiempo estamos sin “horarios regulares” o “rutinas” mientras nos terminamos de instalar. Además, hasta la más básica de las rutinas empieza a requerir más atención y energía, como por ejemplo, subir a un autobús o ir de compras al supermercado; cosas que normalmente hacemos en piloto automático.
Esto usualmente genera la sensación de no sentirse completamente establecido o anclado a un lugar, y como resultado, surge el cansancio o el estrés sin causas aparentes. Ante esta situación es importante crear nuevas rutinas tan pronto como sea posible, y crear mini hábitos o nuevas aficiones que nos ayuden a relajarnos.
R#2: Reacciones
En la nueva cultura seguimos haciendo las cosas que solíamos hacer en nuestro país, pero encontramos reacciones inesperadas. Por ejemplo, dejamos una propina del 10%, y para nuestra sorpresa, el mesero pregunta qué estuvo mal con el servicio en tono de reclamo. Al llegar a la oficina saludamos de mano y todos nos miran de manera extraña. Pedimos a un miembro de nuestro equipo que complete una tarea dentro un plazo acordado y no lo hace. A su vez, ante las diferencias que experimentamos, tratamos de reaccionar de manera apropiada, pero nos damos cuenta de que nos faltan herramientas para hacerlo efectivamente.
Esto usualmente genera actitudes críticas hacia las formas locales de hacer las cosas, altos niveles de confusión e incertidumbre, un deterioro de la confianza en nosotros mismos, y el deseo de querer aislarnos para minimizar estas sensaciones.
Lo recomendable es aprender lo que más se pueda sobre la cultura anfitriona (para comprender cómo y por qué suceden las cosas); desarrollar las habilidades necesarias para interactuar efectivamente en esa cultura; establecer expectativas realistas con respecto al tiempo y energía que requerirá dicho aprendizaje; y recordarnos de vez en cuando las cosas para las que somos buenos.
R#3: Roles
Puede ser que asumamos un nuevo rol u otro con más responsabilidad. Puede ser que perdamos roles que son importantes para nosotros, (ej.: dejar nuestro trabajo para apoyar a nuestra pareja en su decisión de expatriarse). Encontraremos que algunos roles no cambian, pero que nuestra habilidad para llevarlos a cabo sí, (ej.: cuidar a nuestros padres o ayudar a un amigo cercano cuando lo necesita). Es también común que otros nos vean en roles que nosotros no nos vemos, (ej.: “el extranjero” o un representante de nuestra propia cultura)
Ante los nuevos roles es común sentir emoción y entusiasmo, pero también desconfianza, y ansiedad. Ante los roles que no necesariamente queremos, sentimos presión, actuamos a la defensiva, y rechazamos que nos etiqueten. Mientras que con los roles que perdemos surgen sentimientos de tristeza y pérdida de identidad.
Ante estos cambios es importante tener claras nuestras responsabilidades y gestionar las expectativas acerca de cómo nos vamos desenvolver en dicho rol. Además es indispensable pensar en estrategias para seguir cumpliendo con los roles que mantenemos. Y con respecto a los roles que perdemos, debemos pensar en lo que ganábamos con ese rol, y buscar alternativas que suplan esa ganancia.
R#4: Relaciones:
Cuando nos mudamos con miembros de nuestra familia a otra cultura, las relaciones evolucionan de manera acelerada. A menudo pueden volverse más fuertes y profundas, aunque también pueden llegar a tomar más trabajo. Es posible que nos distanciemos de ciertas amistades que quedaron en casa o que nos sorprendamos de la cercanía que experimentamos con algunas personas a pesar de la distancia. Estos cambios causan emoción y satisfacción a pesar de la gran energía que consumen. Pero al mismo tiempo causan preocupación, culpa y estrés a medida que suceden.
Ante esta situación es aconsejable definir cuáles son las relaciones más importantes para nosotros y diseñar un plan para estar en contacto. Lo mismo sucede con las relaciones del ámbito profesional. También es fundamental ser proactivos en la construcción de nuevas relaciones y amistades; y familiarizarse con las herramientas tecnológicas para poder estar en contacto con quienes quedaron en casa.
R#5 Reflexiones sobre sí mismo
En algún momento empezamos a notar que nosotros mismos cambiamos. Nos damos cuenta de que disfrutamos de un determinado aspecto de la forma de vida en el nuevo país que nunca nos hubiéramos imaginado; o nos damos cuenta de la importancia que damos a ciertos valores. Adoptamos ciertos hábitos, gestos y formas de ser que ahora nos son naturales. Y nuestros familiares y amigos en casa preocupados comienzan a preguntarse qué más ha cambiado en nosotros. Crecemos y evolucionamos y tratamos de ser más conscientes de lo que somos culturalmente e individualmente. Esto trae un poco de confusión e incertidumbre, oscilamos entre el ser críticos o aceptar la nueva cultura, nos sorprendemos de lo mucho que descubrimos de nosotros mismos, y de lo difícil que es a veces comprendernos. En esta etapa es importante estar en contacto con lo que nos va sucediendo, y escribir un diario o algunas notas de lo que vamos aprendiendo. Compartir nuestras reflexiones con otros expatriados también es una buena práctica.
¿Has experimentado alguno de estos cambios en tus experiencias internacionales? ¡Compártenos tu experiencia!
Shirley Saenz (ella/she)
CEO - Cross-Cultural, Diversity, Equity and Inclusion Expert
Shirley es la Directora de Iceberg y Expert Panelist de los Global, Diversity, Equity & Inclusion Benchmarks (GDEIB). Cuenta con más de 12 años de experiencia en el mundo corporativo y en 10 países de América Latina. Certificada en liderazgo inclusivo, inteligencia cultural, y benchmarks globales de DEI. Shirley tiene un profundo conocimiento de la diversidad cultural de América Latina y experiencia suficiente facilitando conversaciones estratégicas en DEI con niveles directivos y de liderazgo.