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Medir la Diversidad, Equidad e Inclusión: un desafío y una responsabilidad

Medir la Diversidad, Equidad e Inclusión: un desafío y una responsabilidad
Liderazgo inclusivo

En Iceberg Cultures of Inclusion nos inquietaba que las mediciones sobre diversidad, equidad e inclusión (DEI) no siempre reflejaran con precisión la realidad vivida dentro de las organizaciones. Esta preocupación surgió en medio de nuestras conversaciones cotidianas sobre cómo evaluar de forma más justa y profunda los avances en inclusión. A partir de preguntas formuladas por Shirley Sáenz CEO, Cross-Cultural y DEI Expert y Ana María Parada Gerente de consultoría y Formación en DEI, y en conjunto con Lina Marcela Guevara, Consultora organizacional, docente e investigadora, diseñamos una investigación metodológica que incluyó revisión de literatura especializada, diseño y validación psicométrica de un instrumento para medir comportamientos inclusivos, análisis segmentado de datos y entrevistas cognitivas. 

El informe de esta investigación concluye que evaluar la inclusión de forma responsable requiere reconocer los sesgos inherentes a las mediciones perceptuales, y propone avanzar hacia modelos de evaluación más rigurosos y éticamente comprometidos. Entre los principales hallazgos de esta investigación se destacan: 

  • Existe una brecha significativa entre percepción y realidad a la hora de medir DEI. Las personas suelen calificar positivamente la inclusión en contextos en donde no han tenido formación previa en la temática o incluso en donde no existen políticas o prácticas relevantes en DEI. La ausencia de referentes claros (personas, políticas y prácticas inclusivas) impide reconocer exclusiones o desigualdades. 

  • Las percepciones importan, pero no son determinantes a la hora de demostrar que una cultura es inclusiva. Aunque lo que las personas perciben es relevante, no siempre refleja lo que en efecto ocurre, especialmente si no hay conciencia crítica ni exposición a marcos de referencia en DEI. 

  • Una buena calificación en términos de percepciones no garantiza buenas prácticas. Los resultados de las encuestas pueden reforzar una narrativa institucional positiva sin conexión con la realidad. Esto puede desactivar la urgencia del cambio y silenciar voces de grupos subrepresentados. 

  • Existe el riesgo de incurrir en DEI-washing. Cuando las organizaciones reportan buenos resultados en inclusión sin avances reales en representación, prácticas, políticas, equidad salarial, accesibilidad o liderazgo inclusivo, se cae en una validación simbólica que puede ocultar desigualdades y obstaculizar procesos de transformación genuina. 

  • Las percepciones deben analizarse por grupo y contexto. La inclusión no se vive de la misma manera en todos los grupos. Desagregar datos e incorporar herramientas cualitativas es clave para leer con profundidad lo que muestran (y lo que ocultan) los resultados. 

Esta investigación nos deja una conclusión clave: medir inclusión no es solo una tarea técnica, es una responsabilidad éticaImplica preguntarse no solo qué resultados obtenemos, sino con qué herramientas los estamos generando, a quiénes estamos escuchando, y a quiénes podríamos estar dejando fuera. 

Si quieres conocer más sobre esta investigación, puedes descargar informe completo AQUÍ. 

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