¿Aplicas la regla de la mayoría? Cuidado, quizás estés sacrificando innovación

Leonardo es el líder de un equipo de tecnología internacional. Citó a los integrantes de su equipo a una reunión con el objetivo de proponer ideas para optimizar algunos procesos a nivel regional. La mayoría estaba de acuerdo en ir hacia una dirección, pero Julia, al igual que en varias ocasiones anteriores, tenía opiniones diferentes al resto del equipo. Para agilizar el proceso, y teniendo en cuenta que ya había una mayoría de acuerdo, lo que solía hacer Leonardo era avanzar con la opinión general de la mayoría sin prestar mucha atención a las ideas de Julia, quien siempre solía plantear controversias que aparentaban no tener sentido. Sin embargo, esta vez Leonardo quiso atreverse a entender la perspectiva de Julia, de dónde provenía y por qué pensaba lo que pensaba. De esta manera Julia pudo expandir sus argumentos e incluso compartir algunas experiencias personales y laborales que la llevaban a tener dicho punto de vista. Gracias a esto, el equipo pudo anticipar riesgos que no había contemplado, percibir nuevas oportunidades para optimizar procesos, y diseñar un proyecto de mayor robustez y con mayores posibilidades de éxito. Y lo mejor de todo, cuenta Leonardo, es que el clima de trabajo se transformó: “Finalmente sentimos que podemos construir sinergias a partir de nuestras diferencias. La comunicación fluye de una mejor manera. Hay más confianza y las personas están más dispuestas a colaborar”

En los procesos de innovación en donde existe diversidad cultural hemos notado la presencia de una dicotomía de manera frecuente. Por un lado, ya nadie niega que la diversidad cultural hace que, a la hora de pensar en soluciones para un determinado problema, responder a las necesidades de los clientes o diseñar estrategias de negocios, podamos contar con un mayor número de ideas diferentes. Por otro lado, en aras de mantener la eficiencia, minimizar los tiempos o agilizar los procesos, hay quienes intentan priorizar cada vez más una comunicación lineal, directa al punto y con más bien poco o nada de contexto. Ahora bien, ¿cómo podemos comprender, valorar y analizar de manera efectiva ideas y perspectivas diferentes sino entendemos de dónde vienen? Dar cabida a las ideas diferentes es tan importante cómo permitirse entender el contexto dentro del cual se gestan. Como resultado, la presión del tiempo muchas veces nos lleva a descartar ideas que nos ayudarían a ser más eficientes, simplemente por ser diferentes

Las ideas diferentes, sobre todo cuando vienen de personas de culturas y experiencias muy distintas a las nuestras, a primera vista pueden parecernos descabelladas, sin sentido, ridículas o poco aplicables. Sólo cuando nos permitimos apreciarlas desde la perspectiva cultural del emisor y le damos la oportunidad a éste de que nos ofrezca el contexto suficiente, podemos apreciarlas y valorarlas efectivamente. Y para que esto sea posible es necesario que estemos presentes, que decididamente valoremos la diversidad y dediquemos unos minutos más a descubrir y entender esos otros puntos de vista que marcarán la diferencia.

Cada uno de nosotros tiene una historia cultural única: lo que somos y lo que hemos experimentado en nuestro contexto cultural. Para entender mejor y ser capaces de valorar las ideas diferentes de nuestros colegas de otras culturas, es importante permitirnos conocer sus historias, sus experiencias, los momentos críticos de su vida, las decisiones más importantes que han tomado, y los momentos más importantes en su vida, etc. tanto en lo laboral cómo en lo personal. Descubrir diferentes perspectivas e ideas, es al mismo tiempo descubrir con quienes trabajamos.

¿Qué otros aspectos crees que son importantes para valorar y analizar efectivamente las ideas de personas de diferentes culturas y con diferentes experiencias? ¡Compártenos tu experiencia!