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La romantización de los varones que buscan hacerse lugar en espacios feminizados

La romantización de los varones que buscan hacerse lugar en espacios feminizados
Identidad y sesgos inconscientes Equidad de género

En momentos donde ya varias organizaciones han establecido objetivos de equidad de género en áreas, espacios de trabajo y profesiones tradicionalmente masculinizadas, siempre hay ojos vigilantes que velan porque no se vaya a contratar o promover mujeres simplemente por el hecho de ser mujeres, que no se bajen los estándares o no se sacrifiquen las competencias requeridas para el puesto. Esto me parece adecuado, porque justamente poner el foco en las competencias nos ayuda a gestionar el sesgo de que, por ejemplo, en una terna de candidatos, sea seleccionado un varón menos competente que el resto, simplemente por ser varón.

Ahora bien, veamos el caso de áreas, espacios de trabajo y profesiones tradicionalmente feminizadas. Recientemente ha aumentado el interés en buscar varones que ocupen estas posiciones y aumentar su representatividad en espacios feminizados. Hasta ahí todo bien. Ahora bien, ¿tenemos la misma cantidad de ojos vigilantes (que tenemos en el caso de las mujeres) velando porque los varones que lleguen a estas posiciones no lo hagan simplemente por ser varones? ¿Les estamos exigiendo al mismo nivel que a las mujeres que intentan hacerse un lugar en espacios que históricamente no fueron para ellas? ¿O será que a los varones les damos la bienvenida más fácil y les exigimos menos?

Pongo esta cuestión sobre la mesa porque percibo en muchos espacios, que cuando vemos un varón que se muestra empático, vulnerable o que se pronuncia a favor de la equidad de género, las mujeres y población LGBT+ lo solemos “sobre reconocer”. Calificamos como destacados y “super desarrollados” ciertos comportamientos que deberían ser normales o mínimamente esperables en cualquier profesional. De alguna manera “romantizamos” que un varón, al menos en apariencia, no sea el estereotipo del macho. Idealizamos a ese varón, y proyectamos que tendrá las competencias para desempeñarse en ciertas tareas y situaciones. Pero a la hora de la acción, nos damos cuenta de que en realidad no es tan así. Y a veces, ni cerca de serlo.

Quiero poner luz sobre posibles sesgos de género a la hora de evaluar el talento y el potencial. Ya sean candidatos y candidatas en un proceso de selección, o a la hora de decidir a quién promover, o incluso a la hora de elegir un proveedor. Por ejemplo, no porque un varón se pronuncie a favor de la equidad de género y privilegios, necesariamente es la persona ideal para trabajar temas de violencia de género o para facilitar una sesión con un público de directores varones de industrias masculinizadas. De nuevo, lo importante es poner el foco en las competencias, independientemente del género, sea cual sea la profesión de la que estemos hablando.

Esta idealización y “sobre reconocimiento” que se hace de los varones que asumen tareas domésticas y de cuidados que retratan con algo de humor estos videos (Ver: “casi un – y “los ayudadores”) también se traslada a los espacios laborales, y claramente no promueve la equidad de género. Es más, a medida que otorgamos este “sobre reconocimiento” los mismos varones van creyendo que están haciendo las cosas mejor de lo que realmente lo están haciendo.

Esta idealización también se presenta dentro de otras minorías o grupos sub-representados como la comunidad LGBTIQA+, donde dentro de la misma diversidad aún prevalece un ideal hegemónico basado en la cis-heteronormatividad.  Un ejemplo de ello ocurrió en el reciente estreno de “Barbie”, donde muchos asistentes aprovecharon la oportunidad para buscar un atuendo con colores rosados para llenar las salas: mientras que algunos hombres de la diversidad sexual eran tachados en redes sociales como “exagerados” o ridiculizados por usar atuendos y accesorios típicamente femeninos, varones cis heterosexuales eran admirados y halagados por hacerlo dentro de estándares “masculinos” que no transgredían la expresión de género tradicional.

¿Te has visto reflejado o reflejada en estos sesgos? ¡Comparte tu experiencia!


Shirley Saenz
Shirley Saenz

Cross-Cultural, Diversity, Equity and Inclusion Expert. Expert Panelist de los Global, Diversity, Equity & Inclusion Benchmarks (GDEIB). Shirley es la Directora de Iceberg. Cuenta con más de 12 años de experiencia en el mundo corporativo y en 10 países de América Latina. Certificada en liderazgo inclusivo, inteligencia cultural, y benchmarks globales de DEI. Shirley tiene un profundo conocimiento de la diversidad cultural de América Latina y experiencia suficiente facilitando conversaciones estratégicas en DEI con niveles directivos y de liderazgo.

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